
El 20 de diciembre de 2008, el diario el Espectador informó que la policía especializada de Colombia (SIJIN) había presentado un expediente acusando a Patricia Ariza –una reconocida poeta y actriz del grupo La Candelaria- de sublevar a la gente y hacer proselitismo para el PC3 y las FARC. Para sustentar su acusación el parte policial afirma textualmente: “Asimismo se logró establecer que Patricia Ariza, tras problemas familiares durante su juventud, practicó el nadaísmo y el hippismo, fue estudiante de filosofía y artes de la Universidad Nacional.”
La reacción de artistas e intelectuales latinoamericanos que conocen a la referida actriz no se ha hecho esperar, y han remitido una carta pública al presidente Uribe: “Hoy en Colombia numerosos líderes sindicales y sociales son asesinados, amenazados o desterrados. Llamamos al mundo del arte, la cultura, los medios y la academia a solidarizarse con la maestra Ariza y con su grupo y a alertar al Gobierno de Colombia y a sus fuerzas de seguridad para que desistan de sus montajes e infamias contra ella y respeten la libertad de pensamiento y la independencia de los artistas y académicos” menciona, entre otros puntos, la misiva firmada por personalidades entre los que destacan Laura Restrepo y Eduardo Galeano.
No es la primera vez que un gobierno acosado por las acciones terroristas embate contra sectores académicos que considera cercanos a grupos subversivos. En el Perú, cuando se combatía al grupo terrorista Sendero Luminoso, un comando paramilitar asesinó a un grupo de estudiantes y profesores de una universidad sospechosa de estar cerca a SL. Nunca se demostró que estas personas tuvieran vínculos con los grupos terroristas.
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