
Es probable que a Himler o Eichmann –militares y genocidas nazis- tampoco les gustara la conservación y apertura al público de los campos de concentración de Auschwitz o Mauthausen. Como tampoco le gusta al Partido Popular de España, heredero del franquismo, que abran las fosas comunes donde se enterraron sin identificar a los civiles y milicianos del bando republicano. No, claro que no. ¿Acaso deberíamos esperar que gobiernos con pasados vergonzosos quieran que se exhiban fotos y testimonios que delaten el horror y la barbarie que se amparó o provocó?
Lo que parece esconder la respuesta del ministro de Defensa es la inquietud del actual presidente peruano cuando se abordan sucesos violentos ocurridos en esos años, y sobre los cuales tiene una dudosa responsabilidad, como los denominados "Caso Cayara" o "El Frontón". Seguramente la misma inquietud le lleva a menospreciar un juicio tan importante sobre violaciones a los derechos humanos, como el que se realiza contra el ex mandatario Alberto Fujimori, cuyos representantes mantienen estrechas relaciones con su gobierno.
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