6 ago 2008

PAN Y CIRCO

Unos 20 siglos han pasado desde que los emperadores romanos perfeccionaron su estrategia para mantener al pueblo distraído de los asuntos político-militares. Desde Julio César -que distribuía el trigo gratuitamente- hasta Aureliano -que entregaba dos panes y una entrada al circo- casi todos ellos practicaron su táctica favorita: panem et circense.

Il Cavalieri Berlusconi parece sentirse un legítimo heredero de esta milenaria tradición, que ya tuvo ocasión de practicar a pequeña escala cuando trabajó como cantante de cruceros. Es mas, parece dispuesto a intercambiar experiencias con su buen amigo Sarkozy, con quien últimamente ha impulsado leyes cuestionables que afectan a millones de ciudadanos europeos, mientras deja que la prensa se ocupe de asuntos más ligeros.

O quizás solo sea una casualidad que Berlusconi movilice al ejército italiano y lo coloque en las calles para proteger a los italianos de “las hordas gitanas”, mientras persiste el problema de la basura y la camorra en las calles de Nápoles, los graves escándalos con la seguridad de los alimentos, o el hartazgo de media Italia por el manejo arbitrario de las leyes, como el reciente decreto para exculparse a sí mismo y a otros tres cargos del Estado por delitos penales.

Sarkozy, por su parte, desde el inicio de su mandato ha mostrado una vocación mediática y no dudó en presentar al mundo a su belle dame, precisamente en el coliseo romano. Dejó que la diva se quitara la ropa; que cantara y embelesara con su música a su querido pueblo francés...mientras impulsaba en el parlamento europeo una ley que permitía a las empresas ampliar la jornada laboral de 48 hasta 65 horas, quebrando de un plumazo un histórico logro del movimiento sindical, que le costó décadas conseguir.