"Si señor, aquí nada de billetes, me paga con lo que quiera: discos, libros o el jersey que no usa y está en buen estado". Así es este mercado de intercambio: sin precios fijos, sin caras largas. La idea no es nueva, pero el atrevimiento de ponerlo en práctica cuando el dinero es un dogma incuestionable, tiene su importancia. No es una iniciativa tan romántica como parece. Prueba, para empezar, que alguna vez se puede prescindir de esos papeles que reducen a la humanidad entera en "losers" y "winners".
Será a micro escala, será simbólica, esporádica y en barrios como Gracia en Barcelona; será todo lo que usted quiera, pero la propuesta funciona y muestra -para secundar- que no hay que fruncir las cejas y exprimir al otro cuando intercambiamos cosas. El Comercio Justo; mercadillos de trueque; webs dedicadas a canjear habilidades; bancos de tiempo y otro tipo de redes surgen para dar forma a una economía más humana ó lo que algunos llama altermundismo.
La muchacha que ofrece sus productos se divierte. Como si la ausencia del dinero relajara su animo; como si un negocio no fuera otra cosa que un trato entre dos personas. Hasta podrían tomar un té al cerrar un acuerdo, ¿porque no?...al estilo de algunos vendedores nepalíes. Después de todo, "usted no es mi enemigo señor, sino mi socio".
Será a micro escala, será simbólica, esporádica y en barrios como Gracia en Barcelona; será todo lo que usted quiera, pero la propuesta funciona y muestra -para secundar- que no hay que fruncir las cejas y exprimir al otro cuando intercambiamos cosas. El Comercio Justo; mercadillos de trueque; webs dedicadas a canjear habilidades; bancos de tiempo y otro tipo de redes surgen para dar forma a una economía más humana ó lo que algunos llama altermundismo.
La muchacha que ofrece sus productos se divierte. Como si la ausencia del dinero relajara su animo; como si un negocio no fuera otra cosa que un trato entre dos personas. Hasta podrían tomar un té al cerrar un acuerdo, ¿porque no?...al estilo de algunos vendedores nepalíes. Después de todo, "usted no es mi enemigo señor, sino mi socio".