AMMA

Ella no sale en los telediarios. ¿Por qué iban a sacarla? No ha golpeado a nadie; no ha violado. Tampoco ha disparado o descuartizado a alguien. No es nacionalista, belicista o racista. No ofende, no grita.

Ella es Amma - Mata Amritanandamayi. No sabe ni cita innumerables textos védicos de su lejana India. Pulveriza los atajos para ir a la esencia. No cobra veinte euros por sus conferencias ni busca hoteles caros para sus encuentros. Ella simplemente entrega sus brazos a todo aquel que lo pida. Su único tesoro es su “darshan”, su abrazo.

Ella no se queda en la estratosfera recitando mantras y accediendo al planeta de Krishna. Amma canta y ora; pero después ayuda a los obreros; gestiona los orfanatos y colegios; la universidad y el hospital. Y mientras los periódicos ya olvidaron a los afectados del tsunami – porque ya no lloran ni sus cuerpos flotan en los charcos - ella continúa construyendo casas para los damnificados; acercándose a los niños con sus caramelos; sumergiéndose en las piscinas para que pierdan el miedo al agua.

Ahora está en Barcelona, mañana estará en otra ciudad; con la única pausa para subir y bajar del avion. Orando, cantando, aconsejando; pero sobre todo revelando el significado de esa palabra ultrajada y degradada: “amor”.